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Ordinals y los artefactos digitales

de Metakan

Explorando el potencial de la crypto revolución. Escribo y hablo sobre tecnología, crypto y Web3.

A menos que hayas estado perdido en el desierto, seguramente te habrás enterado de que una nueva tendencia está invadiendo el mercado: los NFTs han llegado a Bitcoin. Ordinals es el nombre del protocolo que ha logrado traer tokens no fungibles a la blockchain de Bitcoin de una manera, a mi parecer, bastante ingeniosa. Un verdadero desafío intelectual solo al alcance de algunos expertos en código.

Sin entrar en detalles técnicos, voy a tratar de explicarlo de manera simple:

Un Bitcoin puede ser dividido en 100.000.000 unidades más pequeñas llamadas Satoshis. Casey Rodarmor encontró una manera de asociar un número único a cada Satoshi, para que puedan ser rastreados y transferidos. Luego, aprovechando las últimas actualizaciones en el protocolo Bitcoin como SegWit y Taproot, desarrolló un método para "inscribir" dentro de cada Satoshi datos como, por ejemplo, una imagen, un PDF o código HTML. Los Satoshis "inscritos" o artefactos digitales son distintos de los no inscritos, permitiendo que sean trazables y transferibles.

Esta innovación ha generado controversia, con opiniones divididas:

Por un lado, están aquellos que la critican, argumentando que va en contra de la idea original de Satoshi y que debería ser detenida en seco. Algunos incluso han tomado medidas y están creando parches en sus propios nodos para evitar la propagación de este tipo de transacciones. Incluso se pone en duda la eficacia de las actualizaciones de SegWit o Taproot, proponiendo nuevas reformas para evitar que la red se sobrecargue de información "no monetaria".

Por otro lado, están aquellos que la apoyan, argumentando que Bitcoin es un protocolo abierto y que el espacio en el bloque está allí para ser utilizado como cada uno desee. Según ellos, Ordinals mejora la sostenibilidad del protocolo a largo plazo, ya que al aumentar la actividad en la red, los mineros generan más ingresos a través de comisiones de transacción, fortaleciendo la seguridad de la red.

También están aquellos bitcoiners que, aunque no son maximalistas, aprecian la fortaleza y simplicidad del protocolo para cuestiones financieras, pero al mismo tiempo son amantes de los NFTs, o artefactos digitales, como queráis llamarlos. Estas personas valoran el coleccionismo y entienden que en un mundo que cada vez se vuelve más digital, tiene sentido preservar valor en objetos digitales.

Y por último, están los oportunistas que nunca faltan a la cita y no quieren dejar pasar la oportunidad de ser "early adopters" en una tendencia que promete crecer con el tiempo. Éstos están aprovechando el momento para crear colecciones que, desde mi perspectiva, tienen poco valor artístico o cultural (muchas son copias), pero les sirve para generar atención y capitalizar el hype actual.

Personalmente, todavía no tengo una opinión formada al respecto y me cuesta posicionarme.  Por un lado, me parece interesante que nuevos desarrollos como estos se introduzcan en Bitcoin, ya que estos artefactos digitales automáticamente adquieren las características de seguridad, inmutabilidad y descentralización de Bitcoin. Además, estos NFTs son 100% on-chain y no apuntan a un archivo alojado en otro servidor, lo que los hace una opción interesante para guardar ciertas cosas. Sin embargo, a día de hoy me resulta difícil ver más allá, debido a la falta de creatividad y originalidad en las inscripciones, así como la dificultad operativa para los usuarios comunes. Para hacer una inscripción en un satoshi, se necesita tener un nodo completo y conocimientos avanzados, además de que estos activos aún no se pueden comprar y vender con total garantía.

Es difícil predecir si surgirá una cultura tan fuerte como la de Ethereum en Bitcoin con respecto a los NFTs, lo que sí que no podemos negar es que esos NFTs ya van a quedar para la posteridad inscritos en la blockchain de Bitcoin.  Lo que pase a partir de aquí nadie lo sabe, pero nos encantará vivirlo y contarlo. 

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